En el año 2014, el artista israelí Sigalit Landau sumergió un vestido antiguo en las aguas de un pequeño lago salado. Dos años después, ha vuelto a sacarlo, y el resultado es que la prenda se ha convertido en una especie de estatua formada por miles de cristales de sal.
Imágenes: Cortesía de Sigalit Landau.
Innumerables estrellas habitan en otras galaxias, tan lejanas que observar incluso una sola de ellas…
Las personas con peor salud mental son más propensas a navegar por Internet con contenidos…
Retirar los antibióticos temporalmente podría restaurar su eficacia contra las bacterias resistentes
El Seat León abre sus puertas a la mecánica híbrida enchufable y lo hace con…
El análisis de casi 2.000 personas que viven en aldeas remotas de Honduras revela quién…
Un nuevo estudio en ratones muestra que machos y hembras tienen patrones de sueño profundamente…