Viajar agarrado en la zona de acople entre los vagones del metro, es una práctica muy peligrosa que realizan algunos jóvenes y que, en las últimas dos décadas, ha causado más de una veintena de accidentes que han costado la vida, o la mutilación de alguno de sus miembros, a quien practicaba este «juego».
El último caso acaba de producirse en Madrid, y la víctima ha sido un chico de 13 años que quiso viajar entre dos de los vagones de uno de los convoyes del suburbano madrileño. Desafortunadamente, el muchacho acabó cayendo a la vía, y fue arrollado por el tren, que le seccionó ambas piernas. Aunque en este caso logró salvar su vida gracias a su sangre fría.
Pero existen otras muchas prácticas peligrosas a los que algunos adolescentes se entregan de forma inconsciente, sin calibrar que un mal paso, o un mal trago, puede destrozarles la vida para siempre. Hay aclarar, eso sí, que ninguna de ellas es mayoritaria, y que ninguna puede considerarse representativa de la juventud actual.
Este «»juego» comenzó a difundirse en 2013 por Youtube, y consistía en inhalar un preservativo por la nariz para sacarlo luego por la boca.
En 2015 surgió otra variedad consistente en arrojar un condón lleno de agua helada sobre la cabeza de un amigo o amiga. El riesgo estaba en que en algunos casos,al romperse, el látex quedaba enganchado en el rostro de la persona impidiéndole respirar.
Un «clásico» de los veranos españoles. Se trata de una práctica que se da más habitualmente entre turistas jóvenes extranjeros (principalmente británicos), que saltan a la piscina desde el balcón de su habitación. En nuestro país ya se han registrado varias decenas de muertes por esta causa. El peor año fue 2013, en el que se produjeron 16 accidentes mortales durante los tres meses de verano.
Consiste en introducirse por la vagina o el ano un tampón empapado en alcohol. Esta práctica se basa en la creencia de que la absorción es más rápida, y así se supone que se notan más los efectos embriagadores de la bebida.
Fue en 1999 cuando comenzó a hablarse del tampodka y, aunque parece ser que en realidad todo comenzó como un bulo o una leyenda urbana de las muchas que corren por internet, lo cierto es que si hubo jóvenes que lo probaron.
Con todo, En España casi se pueden contar con los dedos los casos registrados de adolescentes que han necesitado recibir atención hospitalaria por esa práctica.
Según los especialistas, la cantidad de alcohol que puede absorber un tampón es muy pequeña, con lo cual resulta bastante difícil emborracharse por este método. Eso sí, quienes lo han probado aseguran que resulta bastante doloroso, ya que provoca un escozor similar a que hubiera una cerilla encendida en el interior de la vagina.
Consiste en introducirse el alcohol directamente en el ojo, como si fuera un colirio. El riesgo, según los especialistas, es que puede provocar trastornos oculares que van desde una simple conjuntivitis, a lesiones más severeas en la córnea.
El desafío de la sal y el hielo
Este reto se ha hecho muy popular en Estados Unidos y, de momento, no hay noticia de que ningún joven español haya necesitado atención médica por esta causa.
Consiste en aplicar sal sobre alguna parte del cuerpo y luego presionarla con hielo, lo que causa una reacción química que baja la temperatura a unos diez grados bajo cero o menos.
Las secuelas que deja el desafío son quemaduras y cicatrices similares a las que se producen en el proceso de congelación de algún miembro.
Es el nombre que recibe la práctica de ingerir alcohol a través del sistema respiratorio, usando inhaladores como los que emplean los asmáticos. En principio, su uso no sería tan peligroso como el eyeballing. El riesgo está en abusar de esta práctica, que con el tiempo puede acabar dañando los pulmones.