En una primera autopsia, buscaron en el cerebro de Lenin las claves de la genialidad

Inmediatamente después de la muerte de Lenin, le quitaron el cerebro antes de embalsamarlo. Entonces lo examinaron en busca de las pruebas de la genialidad, sin embargo, una nueva autopsia podrá desvelar la verdadera razón de su muerte.

En busca del cerebro de un genio

En la primera mitad del siglo XX en los círculos científicos existía la teoría de que el cerebro de un genio debía ser estructuralmente distinto al cerebro de una persona común. Se estudiaron los cerebros de los representantes más destacados de la humanidad. El de Einstein, por supuesto. Pero no es de extrañar que el cerebro de Lenin fuera el primero.

Al día siguiente de la muerte del líder, sus órganos internos fueron extraídos con suma delicadeza científica de su cuerpo, que fue embalsamado. Aún se exhibe hoy en el mausoleo más visitado del mundo, como una bella durmiente a la espera de que el pueblo Ruso decida un día enterrarlo.

En el momento de su muerte, decidieron que su cerebro debía ser estudiado en busca de la huella biológica de la genialidad.

Vladimir Lenin, políglota en seis idiomas, contando el griego y el alemán, un voraz lector, destacado intelectual,  graduado en derecho con excelentes notas a pesar de no haber podido (o elegido) asistir a clases. Icono de la caída de la monarquía Romanov y la creación de la URSS. Para los bolcheviques, indudablemente un superhombre.

Los funerales de Lenin

Los funerales de Lenin. Obra de Isaak Brodsky  (–1939)

Los científicos soviéticos se encargaron de embalsamar su cuerpo, sin embargo, invitaron a un experto alemán para ocuparse de su cerebro: Oskar Vogt.

Vogt estaba inmerso en el estudio del cerebro de los grandes hombres para revelar las características del cerebro del «hombre ideal», por eso le eligieron los rusos para examinar lo que siempre se ha considerado una joya.

El científico decidió hacer varios miles de cortes muy finos del cerebro del líder para llevar a cabo la investigación,  comparándolo con secciones similares de personas comunes.

El cerebro de Lenin fue  dividido en 30.963 rebanadas.

Oskar Vogt encontró que la tercera y la quinta capa del cerebro de Lenin están más desarrolladas que las capas similares del cerebro de una persona común. Con aquel hallazgo, Vogt creyó haber encontrado  la muestra de la genialidad en el cerebro del líder. En 1929 emitió un informe en Alemania confirmándolo.

Su estudio del cerebro de Lenin provocó un animado debate científico en todo el mundo. Pero el triunfo de Vogt se derrumbó pronto. El profesor Spielrein también estudió cuidadosamente las diapositivas de secciones del cerebro de Lenin, transmitidas por Vogt, y afirmó categóricamente que las mismas desviaciones se aprecian en “retrasados ​​mentales”.

Su conclusión fue más cercana a la verdad, ya que se sabe que antes de su muerte Lenin estaba gravemente enfermo, estaba parcialmente paralizado, apenas podía escribir ni hablar.

 De la autopsia del cuerpo de Lenin el 21 de enero de 1924:

“La parte frontal del hemisferio izquierdo, en comparación con el derecho, está ligeramente hundida. […] El cerebro, sin la membrana, pesa 1.340 gramos (47 onzas). En el hemisferio izquierdo, en las áreas de la circunvolución precentral, los lóbulos parietal y occipital, las hendiduras paracentrales y la circunvolución temporal, áreas de fuerte hundimiento de la superficie del cerebro. […] Cuando se diseca el cerebro, sus ventrículos se dilatan, especialmente el izquierdo, y contienen líquido. En lugares de atrapamiento: ablandamiento del tejido cerebral con muchas cavidades quísticas «.

Vladimir Lenin padecía una enfermedad que afectó a su cerebro, al menos en los años previos a su muerte, pero, ¿qué enfermedad?

«Células piramidales muy grandes y numerosas en la tercera capa de la corteza»

En 1928  Vogt dejó Moscú y nunca regresó. Usó las muestras de cerebro de Lenin que se había llevado en demostraciones durante sus conferencias por Europa. Según él, el cerebro de Lenin se distinguía por «células piramidales muy grandes y numerosas en la tercera capa de la corteza».  El tamaño de las células piramidales eran para Vogt la base de la extravagancia cerebral de los genios.

Más tarde se ha demostrado que la citoarquitectura del cerebro no tiene nada que ver con las habilidades intelectuales.

Desde 1932, la cuestión de las cualidades intelectuales de Lenin, asociadas a la morfología de su cerebro, no se han vuelto a plantear. Sin embargo, sigue abierta una incógnita: ¿qué provocó su muerte?

¿Qué mató a Lenin?

Dos años antes de su muerte, en 1922, aparecieron los primeros síntomas de problemas neurológicos, que acabaron con la pérdida del habla y con Lenin en una silla de ruedas. Demasiado joven, 51 años, para que se tratara de una ateroesclerosis, como sospechaban sus médicos. También sospecharon de una lesión sifilítica.

En 1969, Boris Petrovsky (1908-2004), el ministro de Salud soviético, escribió en una nota al Comité Central del Partido Comunista: «El Ministerio de Salud de la URSS cree que a pesar de que los resultados del estudio citoarquitectónico del cerebro de Vladimir Lenin son de gran interés científico, no deberían publicarse »

Había 11 médicos presentes en la autopsia, pero se reescribió al menos tres veces. El diagnóstico final de la causa de su muerte fue «aterosclerosis común de las arterias con una lesión pronunciada de las arterias del cerebro».

Tres médicos elaboraron un informe sobre la enfermedad de Lenin, sin embargo, durante 75 años se consideró un documento clasificado. Cuando terminó ese periodo, Olga Ulyanova, la sobrina de Lenin, todavía estaba viva. Pidió que los documentos se clasificaran y se prohibiera su difusión durante otros 25 años más, hasta 2024, el centenario de la muerte de Lenin.

Es posible que Lenin muriera de sífilis cerebral (en la década de 1920, la sífilis era muy común en Rusia y no solo se contraía por transmisión sexual). Otros expertos aseguran que Lenin murió de calcificación arterial , causada por mutaciones en el gen 5′-nucleotidasa Ecto (NT5E) (un trastorno extremadamente raro.

Así, el cerebro de Lenin está a la espera de una nueva autopsia, posiblemente la definitiva, que ocurrirá cuando sea posible estudiar los 14 volúmenes en los que se describe su deterioro. Ocurrirá en  2024, si, por primera vez en 100 años, sus páginas se abren al público.

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