En los estudios científicos gráficos y mapas representados en colores arcoíris generan problemas de objetividad y visión
La forma en la que se presentan los trabajos científicos es importante. Muchos estudios científicos vienen acompañados de gráficos de barras, curvas, circulares o incluso mapas. Sin embargo, hasta ahora no se conocía el impacto del color de los gráficos en la percepción del público sobre los datos.
Un estudio internacional entre Alemania y Reino Unido ha analizado más de 100 trabajos publicados en revistas científicas. revelando un problema en la representación de datos. Los colores no solo son cuestión de estética, ciertos colores son más llamativos que otros y distorsionan la percepción de las cantidades por los lectores. Además, son más difíciles de apreciar para personas con daltonismo.
El 24 por ciento de los trabajos estudiados tenían gráficos con colores arcoíris, es decir, azules verdes, amarillos y distintos tonos de rojos. Esta es la paleta por defecto que utilizan programas como Excel.
En estos gráficos, los colores como el amarillo o el cian son muy llamativos y atraen la atención, aunque solo representen una pequeña fracción de los datos. Por el contrario, distintos tonos de verde, azul y rojo son complicados de diferenciar en gráficas complejas y en mapas.
Estos problemas se suman a los que una persona con daltonismo pueda tener al leer los datos, ya que tenderá a confundir los tonos rojizos y verdosos. Los colores arcoíris no son apropiados para la ciencia.
Los científicos proponen distintos métodos para afrontar el problema del color en los gráficos y mapas científicos. Todos ellos consisten en sencillos pasos para que los colores no compitan entre sí y estén bien diferenciados, incluso pudiendo usarse el blanco y negro.
Aprovechando las nuevas tecnologías se pueden aplicar distintos filtros a los trabajos para saber cómo verían las personas daltónicas los colores, arreglando los problemas en casos de que existan.
“Particularmente, los científicos más jóvenes suelen escoger los gráficos arcoíris, en parte porque se les ha llevado a creer que son los colores correctos al verlos en publicaciones anteriores” comenta el doctor Michael Stölzle, uno de los participantes en el estudio.
El trabajo para cambiar esta tendencia no es solo de los científicos, las revistas y editores también tienen que intervenir para crear una ciencia más accesible. La ciencia seguirá estudiando las bellas propiedades del arcoíris, pero en colores que todos podamos disfrutar y comprender.
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