Levanta una mano manteniendo la otra abajo durante un par de minutos y observa la evidente diferencia de color entre ambas.
La mano que ha permanecido abajo está más oscura que la otra. La razón es la gravedad.
La sangre sale del corazón a una velocidad de 33 m/s, circula por las arterias y llega a los puntos más alejados del cuerpo sin problemas.
Pero el retorno a través de las venas es otro cantar. El impulso del corazón resulta casi inapreciable, por lo que la sangre venosa circula por el cuerpo principalmente por los movimientos musculares y gracias
a la acción de la gravedad.
O contra ella cuando realiza un trayecto ascendente, como en el caso de la mano que ha permanecido abajo, donde, por tanto, se acumula mayor cantidad de sangre…
Redacción QUO
Una nueva teoría que explica cómo interactúan la luz y la materia a nivel cuántico…
Pasar dos horas semanales en un entorno natural puede reducir el malestar emocional en niños…
El bisfenol A (BPA) es un disruptor endocrino que está desapareciendo poco a poco de…
Un delfín solitario del Mar Báltico ha sido grabado hablando solo, lo que lleva a…
Un nuevo estudio traza una espectacular explosión de 100 millones de años en las señales…
Durante la llamada Crisis de Salinidad del Messiniense, el nivel del mar Mediterráneo era alrededor…