En enero de 2017, dos mujeres fueron brutalmente asesinadas a puñaladas en su casa de New Hampshire. Lamentablemente, no hubo testigos del crimen. Bueno, tal vez puede que si hubiera uno. Un altavoz Amazon Echo.
Se trata de un dispositivo que se conecta a Alexa, y que se utiliza para reproducir música, pero que también puede grabar lo que sucede en su entorno, enviando esa información a un servidor central, que la almacena durante cierto período de tiempo.
Y resulta que uno de estos altavoces estaba colocado en la cocina, donde se encontró el cadáver de una de las dos mujeres. Por eso, el juez ha solicitado las posibles grabaciones realizadas por el dispositivo entre los días 27 y 29 de enero de 2017. Y también las que pudiese haber realizado cualquier dispositivo conectado a él.
Pudiera ser que dichas grabaciones contengan alguna pista que ayude a revelar la identidad del asesino.