El 05 de abril de 1963, Nikita Jrushchov (Moscú) y John Kennedy (Washington D.C) inauguran una conexión directa mediante lo que se convertiría en uno de los aparatos más conocidos de la historia. El teléfono rojo, negro en realidad, unía los despachos de ambos líderes tras la dura crisis de los misiles que casi lleva al mundo a una Tercera Guerra Mundial en el año 1962.

El nombre del aparato se popularizó gracias a los medios de comunicación, ya que en realidad esta línea era, más que un teléfono, un teletipo, es decir una conversación por escrito. Esto se pensó así ya que por teléfono las comunicaciones resultaban mucho más ambiguas. No obstante, con el paso del tiempo, el teletipo se acabaría ampliando con una línea telefónica.

Su leyenda sobre el color, viene de que a la prensa se le antojó que por su sentido de urgencia, este debía ser rojo, como el que pudimos ver en la serie Batman, cuyo aparato unía la Mansión Wayne con el comisario Gordon.

Stanley Kubrick también hizo de la vía de comunicación ruso-americana un icono, al realizar una comedia satírica de humor negro a la que titularía Dr. Strangelove or: How I Learned to Stop Worrying and Love the Bomb (Dr. Strangelove: o como aprendí a dejar de preocuparme y empece a amar a la bomba; En España: «¿Teléfono rojo?, volamos hacia Moscú»), película nominada a cuatro Óscar y siete premios BAFTA (de los que ganó cuatro). Sin lugar a dudas, el film es una más que acertada burla a los conflictos bélicos, sobretodo el concerniente a la temida guerra nuclear durante la Guerra Fría. Sin duda, una película que nuestro compañero Vicente Fernández os recomendaría encarecidamente.

Tras la conexión de la vía directa entre EEUU y Moscú, tanto Pakistán como India –quienes poseen armas nucleares y están ademas en permanente conflicto por la disputa de la región de Cachemira– también han habilitado una línea de emergencia.

Redacción QUO