Un informe realizado por la sociedad suiza de servicios financieros UBS apuntó en 2017 que la industria de la aviación gasta al año más de 26.400 millones de euros en pagar a pilotos. Un gasto que podría llegarse a recortar sutancialmente, si en lugar de dos pilotos «conductores» por viaje fuera solo uno, o incluso… que no hubiera ninguno, y fuera el propio avión quien realizara el trayecto. Parece algo que puede quedar muy lejano en el tiempo, pero son muchas las compañías las que ya están viendo de qué manera podría llegar a ser una realidad. La última en decirlo en voz alta ha sido Airbus.
Su directora de tecnología, Grazia Vittadini, se refería a ello en la conferencia sobe diseño y vida digital realizada en Munich este pasado fin de semana. En ella aseguraba que la Inteligencia Artificial será pronto suficientemente avanzada como para que los aviones puedan funcionar de manera autónoma, sin contar con la ayuda del hombre (como mucho con asistencia técnica en remoto). Su principal objetivo: «retirar a los pilotos de cada vez más rutinas mundanas».
Los beneficios serían obvios, al menos según apunta el informe de UBS. El principal el recorte de gastos en el pago a pilotos y, por otro lado, que si el avión decide él mismo la ruta y la forma en la que se dirige al destino, es más que probable que el gasto de combustible sea mucho menor, ya que tratarán de operar de manera más eficiente.
Otro de los puntos a los que se encontraría una solución sería el creciente problema de la escasez de pilotos. Al parecer, cada vez resulta más difícil reclutar a nuevos comandantes y copilotos. Business Insider apuntaba en 2018 que las principales razones tenían que ver con «el aumento de las horas de vuelo requeridas para pilotos comerciales, el envejecimiento de la plantilla de pilotos, que cada vez salen menos pilotos del servicio militar e incluso una disminución general del interés en la carrera».
Actualmente, ya existe una tecnología y una legislación para el control remoto de drones militares, así que no sería descabellado pensar que esta tecnología se pudiera adaptar también a aviones de pequeño a mediano tamaño, incluso de aviación comercial. El principal desafío ahora para Vittadini es que la tecnología existente se adapte a esta flota de aviones y que se consiguiera la certificación necesaria para sacar adelante el proyecto: ya sea incluso por temas de seguridad de viajeros.
¿Subiríais a un avión así?
Otros de los problemas que se encontrarían las compañías es convencer a los usuarios de que pueden volar sin miedo en un avión de estas características. El mismo informe de UBS se hizo eco de la opinión de 8.000 personas: al menos un 5% aseguró que no subiría a un avión si no fuera pilotado por una persona, incluso si la tarifa fuese más baja. Solo el 17 % se mostraba totalmente seguro de hacerlo. No parece cifra suficiente aún como para avanzar en este terreno. De hecho, lo más probable es que las primeras pruebas sean con aviones de cargo.
Fuente: DigitalTrends