Cada vez más, el deporte se pone al servicio de la ciencia para mejorar las posibilidades de sus atletas y conseguir de ellos su máximo rendimiento. Pero su objetivo último es dar con el deportista definitivamente insuperable. ¿Existe? ¿Es posible? Al menos en ello está un grupo de investigadores del Instituto Georges Charpak de Biomecánica Humana de Artes y Oficios (ENSAM). En su empeño utilizan múltiples técnicas, como un dispositivo de imágenes de rayos X 3D.
Según Philippe Rouch, director del ENSAM, están acostumbrados a recibir consultas de los clubes y las federaciones sobre problemas específicos. Por ejemplo, si los problemas de cadera que han aparecido en algunos jugadores del equipo de tenis de mesa pueden atribuirse a cambios en el entrenamiento o a un cambio de tipo de suelo, algo que se descartó después de varios estudios de modelación de atletas en 3D.
Los robots desarrollan buena parte de las tarea básicas en este Instituto de Biomecánica. Prueban equipos o modelos nuevos de zapatillas reproduciendo lo más fielmente posible los movimientos del jugador. Los sensores colocados en el suelo miden la fuerza mientras se mueve el atleta virtual. Los datos obtenidos permiten clasificar el material según las propiedades más valoradas, como flexibilidad o amortiguación. El modelado 3D está permitiendo evaluar con precisión tanto el rendimiento como los riesgos asociados con cada movimiento.
“En los atletas, existe una variabilidad individual muy fuerte en cuanto a la forma del hueso, la colocación muscular y la flexibilidad, características, además, que vienen marcadas en cada deportista por la edad temprana de inicio en su disciplina”, indica el profesor Rouch. Esto obliga a personalizar los modelos virtuales que se toman para los análisis con el fin de recrear la anatomía exacta del atleta en la computadora y evaluar a través de este avatar diferentes estrategias de movimientos calculando si son seguras u óptimas, según el objetivo pretendido.
Propósito: Menos contusiones
El avatar está hecho de un modelo de esqueleto en 3D del atleta a partir del llamado sistema EOS, que proporciona una imagen de todo el cuerpo, en posición erguida y con una dosis muy baja de rayos X gracias a sus detectores altamente sensibles. Luego se le aplica la medida del movimiento de la manera más realista posible colocando más de 90 marcadores reflectantes en ubicaciones específicas del cuerpo del atleta. Es una tecnología que el equipo de ingenieros mecánicos ya ha probado en los jugadores de la selección francesa de fútbol, ayudándoles a sufrir menos contusiones.
También son habituales las consultas de entrenadores de equipos de rugby, baloncesto u otros deportes que se interesan, de manera anónima, sobre cómo obtener una modelización personalizada de comportamiento físico en el campo, sobre todo para evitar las contusiones. Este diagnóstico se usa para mejorar el rendimiento y al mismo tiempo proteger las articulaciones de los jugadores de lesiones graves.