La ciencia se está acercando cada vez más a conseguir tejidos artificiales, particularmente huesos y cartílagos, impresos en 3D. El objetivo es ayudar a curar lesiones relacionadas con los deportes en rodillas, tobillos y codos. Si bien ya se ha tenido éxito en la impresión de otros órganos, los huesos y cartílagos representan un desafío debido a la combinación de resistencia, porosidad y vascularidad que presentan. Por si fuera poco ambos, huesos y cartílagos, trabajan en conjunto.

Ahora, científicos de la Universidad Rice han publicado un estudio en Acta Biomaterialia, en el que muestran los primeros éxitos en este área. Los autores, liderados por Antonios Mikos y Sean Bittner han reproducido las características físicas del tejido osteocondral: básicamente, hueso duro debajo de una capa de cartílago compresible.

Las lesiones en estos huesos, desde pequeñas grietas hasta fragmentos que se rompen, pueden ser dolorosas y, a menudo, frenan las carreras de los atletas. Las lesiones osteocondrales también pueden conducir a artritis.

“Los atletas se ven afectados de manera desproporcionada por estas lesiones, pero la verdad es que pueden afectar a todos – señala Bittner en un comunicado –. Creo que esta será una herramienta poderosa para ayudar a las personas con lesiones deportivas comunes”.

La clave es imitar el tejido que gira desde el cartílago en la superficie hasta el hueso, que se encuentra debajo. El equipo de Bittner y Mikos imprimió un soporte con mezclas personalizadas de un polímero para el cartílago y utilizó cerámica para el hueso, con poros incrustados que permitirían que las células y los vasos sanguíneos del propio paciente se infiltraran en el implante, lo que eventualmente haría que se integrara con el cuerpo de modo natural.

El futuro del proyecto implicará descubrir cómo imprimir un implante osteocondral que se ajuste perfectamente al paciente y permita que el implante poroso crezca y se una con el hueso y el cartílago.

Juan Scaliter