Menos de dos semanas atrás comentábamos el avance realizado por el MIT que permitía leer libros cerrados.
Ahora la tecnología ha dado un paso más allá para permitir rescatar el contenido de papiros tan dañados que solo tocarlos los convertía en cenizas.
Unos 1.500 años atrás,lo que hoy es el poblado israelí de Ein Gedi, ardió por completo, dejando los restos de casas y una sinagoga, como único testigos del evento. Allí, entre las cenizas, un grupo de arqueólogos encontró, medio siglo atrás, unos rollos con escrituras tan dañados que al recogerlos se perdió parte de ellos. Desde entonces, las escrituras se guardaron en un laboratorio a la espera que la tecnología permitiera desentrañar su misterio. Y ese día ha llegado.
Un grupo de científicos de la Universidad de Kentucky ha desarrollado una tecnología, llamada microtomografía con rayos X, que permite extraer, capa por capa, hoja por hoja, los metales de la tinta y ubicarlos en una hoja continua. La técnica es el fruto de 13 años de trabajo de un equipo liderado por William B. Seales. Gracias a ello han separado unas cien hojas que revelaron la copia más antigua del viejo testamento conocida hasta la fecha. Los resultados han sido publicados en Textus.
Está muy claro que los rollos contienen los dos primeros capítulos del Levítico, el único conflicto del hallazgo es su fecha. Las mediciones con carbono 14 indican que tiene unos 1.700 años de antigüedad. Pero el estilo de la escritura asegura que es más antiguo. “Podríamos decir con seguridad que los rollos fueron escritos entre el año 50 y 100 de nuestra era – asegura Ada Yardeni, una de las responsables del estudio –. La paleografía es lo que nos permite ubicarlo en estas fechas”.
El análisis de la escritura ha permitido descubrir también que se trata de una copia idéntica de los textos masotéricos, la versión hebrea del antiguo testamento y la que se usa como base para las traducciones. Los rollos del Mar Muerto guardan muchas similitudes con los textos masotéricos, pero los hallados en En-Gedi son exactamente iguales.
“Ni en sueños pensamos que nos encontraríamos con esto – concluye Pnina Shor, directora del Proyecto Rollos del Mar Muerto –. Este nuevo método permitirá estudiar otros escritos de la región y también desentrañar unos 300 pergaminos carbonizados por la erupción del Vesubio en el año 79”.
Juan Scaliter