Seguro que os ha ocurrido: estáis manteniendo una conversación con otra persona y de repente SIRI decide encenderse y preguntaros sobre lo que estáis hablando. O simplemente, viendo la televisión, el asistente personal de Google considera que queréis preguntarle algo, cuando nadie le ha pedido ninguna consulta. Si te ocurre en la intimidad, no es un problema, pero sí que puede serlo si la situación se da en plena sesión del Parlamento británico… ¡en mitad de un discurso!

La situación es la siguiente. El ministro de defensa, Gavin Williamson, tenía el turno de palabra, el cual estaba aprovechando para tratar un tema relacionado con la situación de seguridad en la frontera de Irak y Siria. Una palabra clave tan parecida al nombre de su asistente virtual que este creyó que podría estar pidiéndole información sobre ello. A lo que dijo en voz alta “he encontrado algo en la web sobre Siria: Fuerzas democráticas sitias apoyadas por la premonición…”. Ante la sorpresa de este intrigante y nuevo ponente, el portavoz de la Cámara de los Comunes, John Bercow, apuntó con una expresión británica que “mejor si pone el teléfono en silencio”.

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Williamson tuvo que pedir disculpas por lo sucedido: “Realmente extraño que tengas que tengas que ser interrumpido por tu propio teléfono móvil”. Más aún, entendemos, cuando es habitualmente otro compañero el que lo hace en plena sesión.

En este caso, la situación no ha ido a más, pero ya hemos visto en Quo, cómo los dispositivos del hogar parece que de vez en cuando quieren tomarse ciertas libertades como espiar conversaciones privadas para mandarlas a tus contactos o tener sentimientos asesinos.

¿Habéis tenido alguna vez la sensación de que vuestros dispositivos tienen vida propia?

Alberto Pascual García