Según a quién le preguntes, el gran problema son el spam y los boquetes de seguridad los que están “cascando” internet. Cuando el 70% de los correos electrónicos que vuelan son spam (indeseados o fraudulentos), algo pasa. Georgia y Estonia casi se bloquean en 2007 y 2008 por sendos ataques informáticos.

Y no se sabe quién fue ni cómo pararlo, porque la gestión de la identidad es algo muy frágil aún. Los expertos norteamericanos se inclinan por primar la seguridad (sin pensar si ello entorpecería el avance de la red), y por fundar una nueva web desde cero. Otros piensan que el problema es el volumen y el tráfico de datos, ahora que los llamados “rich media” (contenidos multimedia y 3D) está por doquier cuando, en cambio, las conexiones no son todo lo buenas que exigen estos contenidos.

Las virtudes de un pero

En lo que casi todos están de acuerdo es en que estamos usando el ciberespacio para algo para lo que no se concibió. Nos lo explicó muy bien Pablo Rodríguez, director científico de Telefónica: “Internet se creó como una red abierta y genérica de comunicaciones entre ordenadores, donde se pudiesen probar muchas aplicaciones, pero donde no se apostó por ninguna en concreto. No se pensó para la voz, ni tampoco los videojuegos, ni las descargas de contenido”.

Y ahora, atentos: “Sin embargo, ese mismo pero es, a la vez, su gran bondad, pues haber optimizado la red para una sola cosa la hubiese hecho menos flexible para otras aplicaciones, y habría truncado su potencial y creatividad”. Así que europeos y norteamericanos están tratando de acordar qué hacer. La propuesta de Rodríguez, que además participa en el proyecto Internet del Futuro, es esta: “Crear una capa por encima de la red que ya existe, reutilizando su núcleo fundamental, y proveerla de valor añadido”.

Dos proyectos trabajan en las soluciones

  1. Internet del futuro
    cordis.europa.eu
    Es un compendio de 70 proyectos europeos coordinados por la Comisión. La UE ha puesto 300 millones de euros, y la industria y las universidades, otros 200 más.
  2. Proyecto GENI
    cleanslate.stanford.edu
    Del Massachusetts Institute of Technology (MIT) y el programa Clean Slate de la Universidad de Stanford (EEUU). Su idea es más bien reemplazar la red actual por otra nueva.

Redacción QUO