Nos encanta meternos caña. Pensar que somos los seres más imperfectos del planeta y que nuestras arrugas demuestran que ya no somos lo que éramos. Mentira. Según un pequeño y peculiar experimento llevado a cabo por la firma Dove nos vemos mucho más feos y viejos de lo que en realidad somos.
Para demostrarlo, la línea de productos de cuidado personal de Unilever contó con Gil Zamora, un dibujante forense del FBI con más de 3.000 bocetos penales en su haber. Dove y la agencia de publicidad Ogilvy Brasil le contrató para entrevistar a siete mujeres y hacer dos bocetos de cada una. El primero basado en la descripción que ella ofrece de sí misma y el segundo en la que da un desconocido que la acaba de ver por primera vez. Por supuesto, las diferencias son enormes. Y ver la cara de estas mujeres cuando ven los dos dibujos contrapuestos es extraordinario.
En esta fotogalería podrás ver a las siete mujeres en su retrato robot. Si quieres conocer como son en realidad puedes ver los vídeos alojados en la web ‘Real Beauty Sketches‘.
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