Cuando se viaja por carretera, se puede encontrar la más variopinta fauna humana haciendo autoestop. Humana e inhumana, porque el protagonista de esta historia es HitchBot, un robot canadiense que está realizando un curioso experimento. Sus creadores pretenden que viaje desde Boston a California, haciendo autoestop. Un viaje en el que tendrá que cubrir una serie de etapas obligatorias, y visitar por ejemplo el Gran Cañón o el Monte Rushmore.

El robot está equipado con GPS, una cámara para grabar todo lo que sucede, y un software que le permite dar conversación a quien se preste a llevarlo, lo que le convierte en un compañero de viaje de lo más sociable. Por supuesto, HitchBOT se toma su aventura con calma, y no tiene prisa en llegar a su destino: «Sólo el tiempo dirá cuánto me llevará el viaje», afirma el ingenio mecánico. Es la ventaja de ser un robot, que no tiene un plazo para que se le acaben las vacaciones.

Y surge la pregunta obligada… Si se lo encontrasen en la carretera, ¿pararían para recogerlo?

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Redacción QUO