Primera prueba de larga distancia del Tonale, el coche con el que Alfa Romeo inicia su renacimiento

Brescia- Cervia-Milano, Marittima-Roma-Parma-Brescia. Un itinerario italiano de casi 2.000 km a bordo del Tonale, un coche con el que Alfa Romeo se propone recuperar el brillo que un día tuvo. ¿El modelo elegido? Un Alfa Tonale de 160 caballos, 1,5 litros de cilindrada y cambio DCT de siete velocidades. En total, cuatro días de conducción intensiva compartiendo carretera con los coches históricos de la Mille Miglia.

La Mille Miglia es una competición que huele a Alfa por los siete costados. Once veces se ha subido al podio, siendo la marca que más veces lo ha hecho. En esta edición, la número 40, sus representantes han sido tres modelos salidos para la ocasión del Museo Alfa: el Alfa Romeo 6C 1500 SS (1928), el Alfa 1900 Sport Spider (1924) y el Alfa 1900 C Super Sprint (1956).

Con estos antecesores, el Tonalese presenta en el mercado. Y lo hace bajo la batuta de Alejandro Mesonero Romanos, uno de esos gurús del diseño automovilístico que convierte en oro todo lo que toca.

El Tonale, muy probablemente, será otro de sus éxitos porque conserva el ADN deportivo y el estilo italiano que siempre caracteriza a Alfa. De momento, se vende con las versiones microhíbridas de 130 CV. En unos días llegará la versión de 160 caballos, en septiembre el diésel y en  Navidad lo hará el PHEV (híbrido enchufable).

Fácil, lo que se dice fácil, no lo va a tener

El Alfa Romeo Tonale es un modelo de 4.6 m de longitud que compite con coches como el Volvo XC40 y el Audi Q3. Con una distancia entre ejes de 2,63 m, está construido sobre la plataforma del Jeep Compass, un modelo del grupo Stellantis al que también pertenece Alfa. Y eso determina que al acceder al interior del coche, haya un larguero que deja el suelo un poco más bajo del vano de entrada.

Es una solución a la que recurren algunos vehículos con estructura monocasco para aumentar la seguridad en caso de impacto, como ocurre en el caso del Alfa Romeo Tonale y el Jeep Compass. Esta forma de construir vehículos «de una sola pieza» se utilizó por primera vez en el Lancia Lambda de 1923, y se popularizó en los años ochenta. Hoy día, prácticamente todos los vehículos recurren a ella porque facilita el proceso de producción.

 

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El Tonale conserva el ADN deportivo que siempre ha caracterizado a Alfa Romeo.

Cómodo y agradable

Para enfrentar los casi 2.000 kilómetros que hicimos en esta prueba de cuatro días, lo primero que se agradece es que el coche sea cómodo. Y el Tonale lo es. Los asientos permiten la hazaña de realizar el recorrido de la Mille Miglia sin que las lumbares lo acusen.

Atrás, el espacio se queda un poco justo para las piernas de los pasajeros altos. Pero delante hay amplitud y, además, se puede llegar con comodidad a todos los mandos, la mayoría digitales. La excepción son las teclas de accionamiento manual del sistema de climatización, que Alfa ha tenido la deferencia de incluir en el nuevo modelo, sin caer en la trampa de otros fabricantes de eliminar casi todos los pulsadores y botones analógicos.

Por supuesto, sí incluye el ya casi obligado sistema de infoentretenimiento. Aunque no demasiado complicado, a veces falla la conexión con los teléfonos móviles, que se controlan a través de los sistemas Apple Car Play y Android Auto.

Mejor que una cita a través del Tinder

El segundo requisito para que una se enamore de un coche es que responda mecánicamente a unas exigencias mínimas en cuanto a prestaciones y comportamiento. El Tonale con cambio automático de doble embrague de 7 velocidades y 160 CV alcanza los 100 km/h en 8,8 segundos. Y lo hace con la contribución de un pequeño motor eléctrico de 48V Hybrid VGT que es capaz de transmitir movimiento a las ruedas incluso con el motor de combustión interna apagado. Por eso, el consumo es uno de los argumentos que exhibe Alfa para convencer a los indecisos.

Oficialmente, es de 6,3 litros a los 100 en esta versión de 160 CV, pero las cosas fueron diferentes en nuestra prueba. De los tres modos de conducción que ofrece el Tonale, Dynamic (conducción deportiva), Normal y Advanced Efficiency, elegimos para empezar el Normal. Ahí, el consumo, yendo sin estridencias, fue de 6,6 L, muy similar al que da la marca. Los datos fueron un poco superiores y llegaron a 8,0 litros a los 100 cuando accionamos el modo Advanced Efficiency. El coche cambió de actitud y sacó todo el ADN rabioso que la marca Alfa tiene en sus entrañas al activar el modo Dynamic. Más ágil, dinámico, atrevido… y gastón. Aquí las cifras fueron de 8,5 litros sin perder la compostura. Pero cuando decidimos desmelenarnos por algunas carreteras sinuosas de la Mille Miglia, nos fuimos a 12 litros a los 100 km/h.

En este último tramo, solo echamos en falta algo: levas de accionamiento del cambio. Otras versiones del Tonale sí las incorporan, y aunque la caja de siete velocidades es correcta, no resulta todo lo rápida que una conducción deportiva requiere. Tal vez, esos vacíos de potencia que hay entre marchas se evitarían forzando el cambio con las levas de otras motorizaciones y/o acabados.

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Para exprimir todo su potencial son mejores las versiones con levas en el volante.

Pero quizá lo mejor del Tonale sea la puesta a punto dinámica que ha hecho Domenico Bagnasco, uno piloto probador de la casa. Delante suspensión McPherson (mejor apoyo y menos peso) y multibrazo atrás, amortiguadores de Magneti Marelli controlados electrónicamente (gran adaptación a las irregularidades del firme), la dirección más rápida de su categoría y un sistema de frenos Brembo son el resultado del trabajo de este hombre clave en Stellantis. Ingredientes todos que permitirán a la firma del Biscione recuperar el espíritu que exhibía cuando el piloto italiano Nuvolari la solía colocar en el podio de la Mille Miglia.