Coinciden en el recibidor de un hotel. Él, recién llegado de un viaje de negocios, y ella, con unas cuantas horas de trabajo a sus espaldas. Cruzan una mirada e inmediatamente se sienten atraídos. ¿Qué está sucediendo? El cuerpo de ambos ha empezado a liberar las hormonas para fabricar el cóctel que les hará embarcarse en una relación amorosa. Comienza el cortejo.

Ella viste una sugerente blusa blanca y una falda gris que le marca las caderas. Él la mira y percibe claramente su atractivo y sinuoso cuerpo. “Los varones de prácticamente todas las culturas se sienten atraídos por la figura femenina cuya relación entre el diámetro de la cintura y el de la cadera es 0,7. Poco importa el peso y el volumen del cuerpo si esa proporción se mantiene”, señala Ignacio Morgado, psicobiólogo de la Universitat Autònoma de Barcelona. La silueta con forma de guitarra también está relacionada con un mejor estado de salud. Las mujeres con ese cuerpo tienen menos trastornos de corazón, vejiga y riñón, y la incidencia de ictus, diabetes y varios tipos de cáncer es más escasa. La cintura estrecha, además, es signo de que la mujer aún no tiene la menopausia. Cuando la mujer entra en esta fase de la vida, los estrógenos desaparecen, y como consecuencia la distribución de la grasa del cuerpo se vuelve similar a la de los varones. Es decir, pierden la cintura.

En las mujeres sí es cuestión de tamaño
Hoy es uno de esos días en los que ella está especialmente atractiva. “Durante la ovulación y unos días antes, ellas modifican su comportamiento en aras de encontrar un compañero con quien aparearse, y tienden a vestir de una manera más sexy”, aclara Larry Young, experto en neurociencia del comportamiento social. Ella le mira con disimulo. También le gusta su cuerpo. No tiene barriga, sus hombros y pecho son anchos y las caderas estrechas. Esta forma triangular atrae especialmente a las mujeres. Está vinculada con un nivel más alto de testosterona. La relación entre cintura y cadera es determinante a la hora de evaluar el riesgo cardiovascular y de padecer trastornos metabólicos. Él repasa de nuevo las caderas bien formadas. En la adolescencia, las mujeres acumulan grasa en esa zona, con una función relacionada con la maternidad. Contiene ácidos grasos poliinsaturados de cadena larga, cruciales para el desarrollo adecuado del cerebro y beneficiosos para el bebé cuando se le da de mamar.

Los pechos femeninos son una señal para que el hombre sepa que ella ya es fértil ”Gordon Gallup. Psicólogo evolutivo de la Universidad de Albany.

Bajo la blusa, él adivina la forma y el tamaño de los pechos. “Un reciente estudio señala que las mujeres con pechos grandes tienen más estradiol en la saliva, por lo que son más fértiles y más atractivas”, explica Gordon Gallup, psicólogo evolutivo de la Universidad de Albany.

Pero precisamente estos días en los que la ovulación es la protagonista, a ella le atraería más un “chico malo”. En el varón, la mandíbula grande y las mejillas prominentes se asocian a mayores niveles de testosterona y esperma de mejor calidad. Las mujeres que más atraen a los hombres tienen pómulos altos, ojos grandes, mandíbulas delgadas. En las mujeres, los rostros femeninos se relacionan con mayores niveles de estrógenos, lo que indica fertilidad.

Mientras la recepcionista hace los trámites del registro, se miran a la cara y se sonríen. Se animan a intercambiar algunas palabras. Por fin se escuchan. “La voz transmite mucha información biológicamente relevante, como madurez, inteligencia, dominancia, sexualidad. Las mujeres prefieren hombres con voz grave y que muestren interés por el interlocutor. Durante la ovulación, la voz femenina se torna más aguda”, afirma Gallup.

Están cerca y pueden olerse. El aroma, aunque sea imperceptible, es una clave biológica destacada en la atracción. Durante la ovulación, el olor de las mujeres parece más agradable a los hombres, lo que provoca una respuesta fisiológica que favorece la atracción y las ganas de mantener relaciones sexuales: les dispara la testosterona.
A su vez, ellas se sienten más atraídas o son más tolerantes con los olores fuertes durante ese momento del ciclo.

Redacción QUO