Beber el té excesivamente caliente casi duplica el riesgo de cáncer de esófago, sobre todo en personas que consumen más de 700 ml diarios. ¿Pero cuál es la temperatura adecuada? Hasta ahora no ha habido mucho consenso a la hora de fijar el límite a partir del cual empieza el riesgo. Desde la Organización Mundial de la Salud el único consejo era dejar que se enfríe durante un tiempo. Un equipo internacional de investigadores se ha unido para determinar esa temperatura exenta de riesgo y han acordado que por encima de los 60º es peligroso.
De hecho, aunque muchas personas disfruten tomando té, café o chocolate bien caliente, cuando la bebida ya se aproxima a los 50º la superficie de la taza empieza a resultar muy incómoda, por lo que debería ser la primera señal, según señala en un artículo el doctor Farhad Islami, de la American Cancer Society.
El de esófago es el octavo cáncer más común en el mundo y con frecuencia es mortal. Alrededor de 400.000 personas mueren cada año. El humo, el alcohol, el reflujo ácido y las bebidas demasiado calientes son las causas más frecuentes de este tipo de tumores. Aunque hay mucha investigación que muestra ese vínculo, los autores de este nuevo estudio indican que aún no está del todo claro, pero seguramente se debe al daño causado en las células de este órgano.
Los investigadores iniciaron su investigación en la provincia de Golestan, al noreste de Irán, una región que ya ha sido objeto de estudios anteriores debido a su cultura de consumo de té y a su incidencia relativamente alta de cáncer de esófago, si bien el tabaco y el alcohol podrían haber condicionado los resultados. En esta ocasión el trabajo ha incluido a más de 50.000 participantes, consumidores habituales de té a diferentes temperaturas.
Los resultados finales son preocupantes. Aquellos que beben menos de 700 mililitros de té (aproximadamente dos tazas) a más de 60º casi duplican su riesgo de desarrollar cáncer de esófago en comparación con los bebedores habituados a temperaturas más frescas.
El té es una excelente opción en la dieta, puesto que algunas variedades, como el verde, contribuyen a disminuir el riesgo de una amplia variedad de tumores y contienen antioxidantes. Eso sí, debe tomarse sin azúcar y con la precaución de dejarlo enfriar.
Fuente: International Journal of Cancer
Marian Benito