La tartamudez es un trastorno de la comunicación, provocado por una suma de factores tanto fisiológicos como psicológicos. Se calcula que uno de cada veinte niños tartamudea en alguna etapa de la infancia, aunque la gran mayoría lo supera durante la adolescencia. De hecho, se estima que solo un 1% de los adultos padece este problema.
Los tratamientos habituales suelen ser una suma de terapias psicológicas, y de técnicas de entrenamiento para facilitar el habla fluida de la persona, dependiendo de cada caso concreto. Y, ahora, un equipo de la Universidad de Oxford ha encontrado un método para contribuir a que los resultados de la terapia tengan un efecto más permanente.
Y lo que han hecho ha sido recurrir a las técnicas de estimulación cerebral mediante impulsos eléctricos, la llamada estimulación transcraneal con corriente directa. Esta técnica consiste en aplicar una pequeña corriente eléctrica a un área específica del cerebro, través de electrodos conectados al cráneo.
En su experimento, los investigadores trabajaron con cuarenta voluntarios. La mitad de ellos siguió una terapia estándar contra la tartamudez, y el resto lo hizo combinándola con las estimulación transcraneal.
Y los resultados preliminares parecen mostrar que, si bien los miembros de ambos grupos mostraban avances, estos aparecían ser más permanentes en los del segundo.
Fuente: The Guardian.
Vicente Fernández López