Explorar las profundidades marinas puede ser un trabajo realmente cansado para los submarinistas y requiere de un esfuerzo muy grande para ellos, ya no solo físico, sino también de movilización de material. Cada inmersión es un desafío, en el que deben luchar contra reloj con el suministro de oxígeno que tienen en las botellas y calculando constantemente cada movimiento para saber cuál es su límite. El mero hecho de subir a superficie es ya de por sí un desperdicio de tiempo y energía, a lo que se suma las horas que deben esperar para una buena descompresión por solo unos minutos de trabajo en altas profundidades. Por ello, un par de veteranos buceadores están pensando en una forma de no tener que hacerlo y que a medio camino exista una tienda submarina que sirva de campamento base para expediciones que requieran de un mayor tiempo en el agua. Una forma de que el tiempo se aproveche hasta el máximo.

Esta tienda de campaña submarina inflable, a la que han llamado Ocean Space Habitat, está diseñada y patentada por el explorador submarino Michael Lombardi y el profesor de la Universidad de Nueva York Winslow Burleson. Permite crear un espacio seco en su interior donde los buceadores pueden sentirse seguros. Está adaptada para que quepan dos personas, aunque podría ampliarse a más según las necesidades. Será en este espacio donde pueden tomar un descanso de su actividad, quitarse la máscara de oxígeno, reemplazar las botellas de oxígeno o incluso comer. Además, puede servir como lugar de espera para que la descompresión sea mucho más amena antes de llegar a superficie.

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Oceans of Opportunity

El refugio submarino está hecho con una mezcla única de vinilo y nailon, con esparadrapos de poliéster para el soporte, y una carcasa hecha en acero inoxidable. La tienda apenas pesa en su versión más sencilla, 22 kilos, aunque si su configuración es más compleja podría alcanzar los 90 kilos. Cuenta con dos depuradoras de dióxido de carbono, que permiten una atmósfera transpirable en su interior durante un total de 6 horas, así como ventiladores internos que favorecen la circulación interna de aire. También cuenta con baterías recargables que hacen funcionar dos monitores de oxígeno incorporados a la tienda y que están conectados a sensores galvánicos que detectan los niveles que existen en su interior.

Por el momento, esta tienda está en fase de prototipo, pero tanto Lombardi como Burleson esperan conseguir socios inversores que les ayuden a sacar el proyecto adelante, al menos una versión comercial que sea asequible. Además, creen que no tiene por qué quedarse solo en una simple base para submarinistas, sino que también serviría en operaciones de rescate o acciones militares.

Fuente: Digital Trends

Alberto Pascual García