Dentro de la innumerable lista de futuros avances en la tecnología hay uno que se fija como meta: la creación de robots humanoides capaces de ayudarnos en nuestro día a día. Pero en ese afán surgen siempre dudas y miedos, como por ejemplo, si estos robots podrían programarse para hacer daño a sus usuarios o incluso acabar matándolos. Sobre esta duda, el profesor académico Nick Patterson, de la Universidad Deakin, afirma que todo lo que esté unido a la red será factible de ser hackeado: “El hacker puede tomar el control del robot e incluso darle órdenes para conseguir beneficios o incluso para hacer daño a la gente que los usa”.
Pero, ¿un robot sexual? En situaciones más íntimas, el miedo va más allá. Sería una relación más estrecha, que implicaría un contacto entre la persona y el robot. ¿Podría llegar a ser una “relación tóxica”? Según el experto en ciberseguridad, Jason McNew, reconoce que incluso este tipo de robots que dan placer a sus usuarios podrían llegar a ser controlados de forma remota, pero que la fuerza que puedan tener es tan mínima que sería difícil no poder defenderse de ellos en caso de que nos atacasen: “Un robot de apenas 52 kilos, que además está cubierto de silicona, no será capaz de hacer mucho físicamente”.
Así que, de momento, podemos respirar y dormir tranquilos.
Fuente: IFLScience
Alberto Pascual García