Cuando aún los grandes saurios y los mamíferos estaban evolutivamente separados, aparecieron ciertas secuencias genéticas o interruptores de los que depende el funcionamiento del sistema límbico, donde se localizan las emociones en el cerebro. En este cuadro puede verse cómo las diferentes especies estamos emparentadas y en qué momento y época de la evolución nos hemos separado. Al final acaba en ejemplos típicos de animales de las diferentes especies que existen actualmente. Las secuencias genéticas comienzan muy pronto en la evolución y fueron trasmitidas a los descendientes de los ancestros comunes.
Redacción QUO