Google tiene dos filosofías: una, lanzar verdaderas innovaciones, productos y servicios audaces, inauditos (Google Earth es un ejemplo); la otra es trabajar en usos o servicios que ya existían, pero mejorando su tecnología con imaginación. Los dos chavales que lo fundaron no inventaron las búsquedas, pero hicieron un buscador mejor y defenestraron a Yahoo! Pues con Chrome, Google pretende lo mismo: ha tomado las mejores ideas del mercado y ahora quiere mejorarlas. Aún está en fase de pruebas (“beta”) y hay quien critica que lo ha lanzado estando aún muy inmaduro. Otros dicen que así se hacen las cosas en el mundo del software libre (o de código abierto): cuanto antes lo pongas a la vista de los internautas y programadores voluntarios, antes recibirás críticas, sugerencias, ayuda… Pero ya apunta tres buenas ideas:
La ‘omnibox’. La barra de direcciones sirve para tres cosas: escribir la url (como toda la vida); meter una palabra clave que el navegador busca entre las direcciones y textos de las webs que tienes en el historial o en los favoritos; y para teclear una palabra para que la busque en Google (así se ahorran la pequeña ventana de búsquedas que ya incorporan Explorer y Firefox).
Se cuelga menos. Cada una de las webs que tienes abiertas a la vez “piensan” por separado. Eso tiene dos ventajas: que puedes hurgar en una mientras cargas otra, y que, si se te cuelga una de ellas, Chrome sigue funcionando y no bloquea la que estaba “sana”.
Rapidez. Google ha mejorado lo de que cuanto más rato navegas, más cosas trata de “recordar” el programa, ya que eso acaba ralentizando la sesión. Y se nota, no creas.
Redacción QUO