En una nave falta de gravedad, tener los desechos volando ante las narices no debe de ser plato de gusto. Por no hablar de cómo almacenarlos en el reducido espacio disponible. La profesora Jane Hunter, de la Universidad de Cornell (EEUU) y la empresa Orbital Technologies han elaborado una solución: una secadora de residuos para misiones espaciales. Una vez deshidratada, la basura ocupa menos y resulta mucho más manejable. Además, el sistema también permite purificar los líquidos extraídos para convertirlos en agua potable.
Redacción QUO