Una droga usada habitualmente en transplante de órganos para evitar el rechazo, Rapamicyn, es capaz de alargar la vida de ratones adultos. El descubrimiento fue realizado paralelamente por investigadores de el Centro de Salud de la Universidad de Texas, de la Universidad de Michigan y el Laboratorio Jackson.
Los tres centros se han distribuido cerca de 2.000 ratones con características genéticas diversas para que ninguno fuera más susceptible de padecer enfermedades relacionadas con la edad.
Los resultados demostraron que la vida de los ratones macho se alargaban un 28% mientras que las hembras vivían un 38% más. Pese a la buena noticia, existen ciertas dudas aún.
El Rapamicyn suprime el sistema inmune (de ahí su uso en transplantes), por lo tanto su uso en seres humanos podría hacerlos más débiles ante enfermedades infecciosas.
Por otro lado, el tratamiento demostró ser mucho más efectivo si le administraban la droga a los ratones a partir de los 20 meses de vida (60 años en términos humanos).
Un último problema es la dosis. A los humanos se les suministran entre 2 y 5 miligramos por día. Pero los ratones recibían 2.24 miligramos por kilo por día.
El desafío para estos laboratorios consiste, a partir de ahora, en alterar de algún modo al Rapamicyn para que no tenga efectos secundarios en el hombre.
Redacción QUO