Osea, con él nace una nueva línea de productos dentro de la casa Citroën. Los DS serán algo así como los “riquitos” de la familia, con todos los ingredientes para basar la compra en la emoción. El primero es la propia denominación. El DS era el nombre oficial del conocido Tiburón. Hoy, el espíritu del automóvil que utilizaron los altos dignatarios franceses se plasma en soluciones como el pilar central con forma de aleta de este escualo. También hay otros de-talles elitistas, como la gruesa moqueta que recubre el suelo, el tapizado en piel de la parte inferior del techo y los asientos de cuero. Construido sobre la plataforma del C3, ofrece 38 combinaciones de colores y carrocerías.
Marta García Fernández