En el año 2004, geólogos estadounidenses descubrieron un informe, en el Instituto de Estudios Geológicos de Kabul, realizado por expertos rusos en la década de los 80. Gracias a esto descubrieron que el suelo afgano esconde importantes reservas de oro, cobre, hierro, cobalto y lo que probablemente sea la mayor reserva de litio del planeta.
El yacimiento de este mineral, esencial para la fabricación de baterías de teléfonos móviles, laptops y cámaras fotográficas tendría un valor mil veces superior al PBI del país: en total sumaría unos 830.000 millones de euros. Por si fuera poco, solo los yacimientos de hierro y cobre bastarían para colocar a Afganistán entre los mayores exportadores de estos minerales.
El litio es el sólido más ligero, de hecho su densidad es la mitad de la del agua y su uso se extiende a diversos campos: desde la electrónica a la medicina y desde la aviación a la energía nuclear. Su importancia es tal que mientras en el año 2003 una tonelada de litio tenía un precio de 300 euros, hoy ronda los 2.700 euros.
Mitsubishi, Nissan, Ford y BMW, entre otras empresas automotrices tienen grandes intereses en este sector para impulsar proyectos de producción de coches que funcionen con baterías de iones de litio. El próximo lanzamiento será de la firma General Motors que en este año piensa producir el híbrido Volt.
El litio también se emplea en medicina para tratar la depresión bipolar ya que actúa como estabilizador del estado de ánimo. También se utiliza para depurar el aire en naves espaciales y submarinos, en la fabricación de lentes de telescopios y en la energía nuclear.
Junto al hidrógeno y al helio, es uno de los únicos elementos obtenidos en el Big Bang. Todos los demás fueron sintetizados a través de fusiones nucleares.
Juan Scaliter