Un grupo de investigadores del Instituto Max-Planck Max Planck de Antropología Evolutiva de Leipzig (Alemania), liderado por Svante Pääbo, ha señalado lo que hasta ahora se había negado: sí hubo cruces entre nuestros antepasados y los neandertales. La revista Science publica hoy el trabajo de estos científicos en dos artículos diferentes.
El equipo de investigadores explica que han secuenciado el genoma completo del neandertal, utilizando muestras de tres huesos de dicha especie hallados en una cueva de Vindija, Croacia. El borrador se complementó con la secuenciación parcial de otros tres neandertales procedentes de Mezmaiskaya (Rusia), de Feldhofer (Alemania) y de la cueva de El Sidrón (Asturias). Los investigadores lo compararon con los genomas de cinco seres humanos actuales de diferentes partes del mundo: el de un sudafricano del grupo San, el de un africano del grupo Yoruba, el de un chino Han, el de un francés y el de un nativo de Papua Nueva Guinea.
La investigación señala que los humanos modernos y los neandertales muy probablemente se entremezclaron, eso sí, en pequeña medida, tras salir de África, cuando los humanos modernos se encontraron con neandertales en el Medio Oriente.
Quo ha hablado con Antonio Rosas, que ha participado en el Proyecto Genoma Neandertal y cuenta en exclusiva en el próximo número de Quo todos los pormenores del hallazgo. Entro otras cosas, relata: «La similitud genética entre neandertales y los humanos no-africanos es idéntica, da igual si éstos proceden de Papua-Guinea Nueva, de China o de Europa. Todo esto sugiere que hubo cruzamientos (o flujo génico) entre neandertales y los humanos modernos, probablemente cuando éstos estaban saliendo de África, hace unos 80.000 años. Conviene recalcar que aquellos humanos que salieron de África en la fecha señalada representan al tronco común de todos los humanos no-africanos, el que después se diversificó en asiáticos, indonesios, europeos y demás grupos humanos no-africanos. Esta importante circunstancia pueden explicarse a través de un modelo que plantea que el cruzamiento neandertales-sapiens se dio en realidad en un intervalo temporal breve y en baja cantidad entre los primeros humanos salidos de África y las poblaciones neandertales que se encontraron a la salida…».
El equipo de Max-Planck no se encuentra sólo en este órdago a lo asentado hasta ahora en la comunidad internacional. Hace dos semanas, científicos de la Universidad de Nuevo México aseguraron haber llegado a la misma conclusión en la reunión anual de la Asociación Americana de Antropología Física, celebrada en Alburquerque, Nuevo México. En este caso, el equipo dirigido por Jeffrey Long no tiene todavía publicado su trabajo en una revista científica, como en el caso de los investigadores del Max-Planck.
El equipo de Svante Pääbo es el mismo que el mes pasado recuperó el ADN de un homínido desconocido hasta ahora, que convivió hace unos 40.000 años con los neandertales y los humanos de los que descendemos nosotros. ¿Otro posible candidato para un romance entre especies?
Redacción QUO