Hoy, 17 de junio, se celebra el Día Mundial de Lucha contra la Desertificación y la Sequía, uno de los grandes problemas a los que se tiene que enfrentar la humanidad. Según datos de la ONU, aproximadamente unas 2.000 millones de personas dependen de las tierras secas, el 90% de las cuales están localizadas en países en vías de desarrollo.
El Secretario General de la ONU, Ban Ki-moon, asegura que la protección y la restauración de las zonas áridas permiten avanzar en muchos frentes al mismo tiempo: se refuerza la seguridad alimentaria, se hace frente al cambio climático, se ayuda a los pobres a adquirir más control sobre su destino y se impulsa el progreso hacia el logro de los Objetivos de Desarrollo del Milenio.
Por ello, Naciones Unidas organiza este Día Mundial desde 1994, con el objetivo de fomentar la conciencia pública sobre el tema, así como la puesta en acción de la Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación (CNULD) en aquellos países afectados por graves sequías, desertificación, o ambas, en particular en Africa.
Redacción QUO