Quién lo iba a decir ¿verdad? Pues un estudio publicado recientemente en la revista Frontiers in Human Neuroscience, asegura que la música ‘extrema’ como el heavy metal o el punk no potencia para nada la actitud agresiva, sino más bien al contrario.
Para llegar a estas conclusiones los científicos de la Universidad de Queensland monitorizaron a varias personas con edades comprendidas entre los 18 y los 34 años. El resultado fue asombroso. Según uno de los investigadores: “observamos que la música regula la tristeza y aumenta las emociones positivas«.
También les ayudaba a sentirse «más activos e inspirados”. Además, también se percataron de que los niveles de irritabilidad, estrés y hostilidad eran más bajos después de escuchar esa clase de música.
Fuente: independent.co.uk
*Publicado en nuestra sección de papel Quonectados.
Redacción QUO