No solamente es posible, sino que es medianamente frecuente. La Fundación Kinsey, la más prestigiosa del mundo en cuanto a investigación sexológica, realizó un estudio en el que revelaba que el 12% de las mujeres llegaba al orgasmo “empujando y amasando” sus pechos (ellas mismas o su compañero).
Pero lo más efectivo, con diferencia, es la succión de los pezones: el mismo estudio cifró en 57 el porcentaje de féminas que alcanzaba el clímax mediante esta práctica. Los senos son el principal atractivo para los hombres, seguidos de los glúteos.
Enviada por Ricardo Revuelta, correo electrónico
Redacción QUO