Las ardillas terrestres de California son uno de los platos favoritos de las serpientes de cascabel del Pacífico, que las atacan sin piedad. Para evitarlo, estos roedores han aprendido a agitar la cola de un lado a otro, e informan así a sus enemigas de que están alerta y no merece la pena atacarlas. De paso, despiertan la atención de congéneres más distraídas, para que puedan hacer lo mismo o huir a tiempo.

Con la ayuda de una ardilla robótica, Matthew Barbour y Rulon Clark, de la Universidad de San Diego, han comprobado que el truco resulta, porque en la mayoría de los casos las serpientes ni hacen amago de atacar. Eso sí, cuando la distancia a la presa es de menos de 12 cm se lanzan siempre, como podéis ver aquí:

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Pilar Gil Villar