Era una especie de verdad proclamada a gritos: que un biquini bien llevado impide al hombre reaccionar correctamente. Y ahora, la ciencia acaba de confirmarlo, gracias a un experimento realizado por Bran Van Den Bergh, psicólogo evolucionista de la Universidad de Leuven en Bélgica.
El especialista contó con la colaboración de un centenar de voluntarios masculinos. Todos ellos eran profesionales competentes, gentes con un alto sentido de la responsabilidad y preocupados por el futuro. Pero todas esas pautas saltaron en pedazos cuando vieorn a una mujer atractiva paseando ante ellos en un sensual biquini. A partir de ese instante, los sujetos eran incapaces de tomar una decisión correcta en su trabajo y se mostraban mucho más propensos a actuar de manera impulsiva e insensata.
«Los escaners que realizamos durante el experimento», explica el investigador, «demostraron que la visión de las chicas en biquini provocaba una intensa reacción en el area del cerebro del cuál depende la toma de decisiones inmediatas. Lo curioso es que una serie de personas que eran propensas a planificar a largo plazo, se mostraban ahora impulsivas y ansiosas».
Eso sí, cuando las chicas desaparecían de escena, la actividad cerebral volvía a su estado habitual, y los voluntarios recuperaban la sensatez perdida. Lo dicho ¡Lo que puede hacer un biquini bien llevado!
Redacción QUO