Hay queso de vaca, de oveja, de cabra, de las tres leches como el cabrales, frescos, curados, semicurados, con especias, con frutos secos… pero de lo que no se había oído hablar hasta ahora era de un queso producido a partir de bacterias humanas. Naturalmente, no se produce en una quesería, sino en un laboratorio. Las investigadoras Christina Agapakis y Sissel Tolaas han sido las responsables de este nuevo y dudoso manjar elaborado con bacterias humanas procedentes de las axilas, los dedos de los pies y la nariz. Cada queso, por lo tanto es único y tiene el inconfundible aroma del donante. Así, puede haber queso de Cristina, de Lucas y de Arancha, por poner un ejemplo.
En principio, esta nueva variedad quesera no suena muy apetecible pero sus creadoras sostienen que puede aumentar nuestra tolerancia a determinados tipos de microorganismos.
Aunque no es probable que lleguen a la producción, sí, de momento, forman parte de la exposición Grow Your Own… Life Under Nature que podrá verse en el Trinity College Dublin’s Science Gallery hasta el 19 de enero.
Redacción QUO