Hasta ahora, era una creencia popular y científica que para mejorar la salud física y mental a través de la meditación se necesitaba largos programas de entrenamiento durante un periodo prolongado.
Un nuevo estudio de la Carnegie Mellon University, publicado en el periódico Psychoneuroendocrinology, tira por la borda esta teoría y considera que solo hace falta meditar 25 minutos durante tres días seguidos para rebajar el estrés psicológico.
“Cada vez más y más gente medita para reducir el estrés, pero hasta ahora se sabía muy poco sobre el tiempo que había que destinar para obtener beneficios”, asegura David Creswell, investigador principal del proyecto.
Para el estudio, Cresswell y su equipo realizaron un experimento de tres días de duración a 66 personas con edades comprendidas entre los 18 y los 30 años. A un primer equipo se le sometió a tres días de meditación con sesiones de 25 minutos, donde se les enseñó a controlar la respiración. Al segundo grupo, se le sometió a un entrenamiento cognitivo, también de tres días, en el que se les pedía hacer análisis críticos de poemas.
Una vez finalizado el programa de entrenamiento, a los dos grupos se les pidió dar un discurso de cara al público y realizar una prueba de matemáticas. Al final de estos ejercicios, cada individuo valoraba el estrés con el que habían afrontadas estas pruebas. Por otra parte, a todos se les cogió una muestra de saliva para medir su nivel de cortisol (la llamada la hormona del estrés).
El resultado del estudio demostró que el grupo que había recibido cursos de meditación afrontaron las pruebas con mayor resistencia al estrés pero, al mismo tiempo -y lo que resulta paradójico-, también mostraron mayor reacción al cortisol.
“Cuando aprendes a realizar ejercicios de meditación, tienes que trabajar conscientemente en ello, especialmente durante una tarea estresante”, explica Creswell, “y estos esfuerzos psicológicos hacen que los participantes afronten la tarea sintiéndose con menos estrés pero, al mismo tiempo, generando una mayor producción de cortisol”.
Redacción QUO