Si nos hablasen de las plumas mantélicas, seguramente la mayoría nos quedaríamos «a cuadros». Pero si nos explicasen a continuación que son unas columnas que supuestamente existen bajo la corteza terrestre por la que el material proveniente dle manto asciende hasta la superficie, creando puntos calientes conocidos como volcanes, la cosa ya nos sonaría más. Lo que ocurre es que esa teoría que hasta ahora había sido aceptada de forma casi unánime, podría no ser cierta. O al menos así lo asegura un estudio de Don Anderson, Geofísico de la Universidad de Miami, publicado en la revista Proceeding of the National Academy of Sciences.
La reciente información obtenida de las modernas estaciones sismológicas parece sugerir que las llamadas plumas mantélicas realmente no existen. Lo que el profesor Don Anderson propone es que las corrientes ascendentes en el manto de la tierra se extienden a lo largo de miles de kilómetros. El magma, al ser menos denso que el manto que le rodea, asciende hasta filtrarse por las fisuras que posee. «En cierta forma es como si el manto fuer auna esponja que absorbe el magma y lueog lo expulsa después de que la expriman», explica Anderson.
Así, el magma expulsado brota formando los volcanes. Pero esa lava no procedería de una profundidad de miles de kilometros, como siempre se había creído, sino de unos doscientos como mucho, según la tesis de Anderson.
Redacción QUO