Nacieron en el Neolítico, junto con las primeras botas, pero la industria del calcetín propiamente dicha surgió en el año 256 a. C. en Egipto. De ese año datan los más antiguos que se conservan.
Se encontraron en una tumba de un niño, están hechos a ganchillo y tenían dos partes: una enfundaba el dedo gordo y la otra el resto. Los romanos los incorporaron a su atuendo en el siglo II d. C.; hasta entonces, no llevaban nada entre pie y sandalia.
Redacción QUO