Esta tecnología recibe el nombre de WHIM, acrónimo de “What if machine” o máquina del “¿Qué pasaría si…?”, y supone un gran avance en el ámbito de la creatividad computacional. “Somos de los pocos que han aplicado la inteligencia artificial a la ficción”, señala el profesor Simon Colton de la Goldsmiths College de la Universidad de Londres.
Este software crea pequeñas historias de ficción del tipo “¿Qué pasaría si…?”, utilizando técnicas de tratamiento de lenguajes naturales y una base de datos de hechos extraídos de la web que sirve como archivo de situaciones verosímiles. En muchas ocasiones el resultado es incoherente, como “¿qué pasaría si una mujer se despertase en un callejón convertida en gato pero pudiese aun así montar en bicicleta?”.
La máquina WHIM valora el grado de utilidad y calidad de las ideas que produce. Para solventar el problema de si un ordenador puede juzgar la creatividad, el estudio pidió la ayuda de personas a través de experimentos de crowdsourcing. Gracias a las técnicas de aprendizaje automático desarrolladas por investigadores del Instituto Jozef Stefan de Liubliana, el sistema va adquiriendo un conocimiento más preciso de las preferencias humanas.
Sin embargo, el proyecto no consiste solo en la creación de historias de ficción. Un equipo de la Universidad Complutense de Madrid convierte estas pequeñas narraciones en historias completas, más adecuadas para el argumento de un largometraje. Desde la University College de Dublín tratan de enseñar a los ordenadores a crear contenido metafórico e irónico invirtiendo y contraponiendo estereotipos sacados de Internet. Por último, en la Universidad de Cambridge trabajan en la minería de datos en línea como fuente de ideas.
Pero, ¿en qué ámbitos se podría aplicar esta tecnología? La realidad es que en varios campos. Desde convertir estas historias en videojuegos a diseñar por ordenador diferentes componentes de una obra teatral: argumento, decorado y música.
Redacción QUO