Que el núcleo metálico sólido iría aumentando de tamaño, enfriándose también las partes que lo rodean. Esto frenaría la dinamo terrestre, responsable del campo magnético de nuestro planeta. Se ha especulado sobre este asunto, y hay estudios que aseguran que eso expondría la Tierra al bombardeo del viento solar y los rayos cósmicos, lo que cambiaría por completo el clima y provocaría un cataclismo global.
Javier Armentia
Astrofísico y director del
Planetario de Pamplona
Enviada por David Colado, correo electrónico
Redacción QUO