Los dos discos de madera unidos por una liana no nacieron precisamente con un fin lúdico. En China, donde se conocía ya en el año 1.000 a. C., lo utilizaban como arma de guerra, y en Filipinas, de donde lo importaron los españoles a Europa en el siglo XVI, lo usaban para cazar animales.
Lanzado a distancia, se trababa entre las piernas de las piezas y las derribaba.
Redacción QUO