Para luchar contra la crueldad de la producción industrial de animales, algunos científicos han sugerido modificar genéticamente el ganado para disminuir o eliminar su capacidad para sentir dolor.
Un artículo en la revista Neuroethics propuso esta solución para los abusos que sufren los animales. Algunas anomalías genéticas en los humanos pueden provocar que no sientan dolor, y tal vez sea posible diseñar una deficiencia similar en el ganado. Aunque la vida de una vaca no sería mucho mejor, como mínimo sería menos dolorosa.
Redacción QUO