Existen fantasías sexuales para todos los gustos. Y prueba de ello es la que hoy os presentamos: la exophilia. Una palabra que sirve para describir a aquellas personas que se excitan con la idea de tener encuentros eróticos con extraterrestres. El término se acuñó de manera extraoficial en 1957, a raíz de un supuesto caso de abdución. El de un brasileño llamado Antonio Boas, que afirmaba haber sido raptado por un ovni, en cuyo interior le sometieron a vejatorias prácticas sexuales. Aterrador, ¿verdad?
Pues aún hay historias más abracadabrantes. Como la del chino Meng Zhaoguo, quien en 2011, relató que mantuvo un coito de cuarenta minutos (menuda resistencia la de este hombre) con una extraterreste de tres metros de alto y con doce dedos en cada mano. Por si todo esto fuera poco, Meng asegura que copularon mientras levitaban.
Hay que especificar, eso sí, que no todas las personas que padecen exophilia son supuestas víctimas de abducciones. Hay quienes no creen en los ovnis pero, aún así, en su fuero interno se excitan fantaseando con seres de otros mundos. Lo cuál se puede entender si tenemos en cuenta a alienígenas de ficción tan sexys como la Natasha Henstridge de Species, o el Jeff Bridges de Starman.
Pero la cosa se torna enfermiza cuando, tal y cómo se relata en el libro Extra-terrestrial Sex Fetish, algunos exophilos recurren a artilugios cómo telescopios para excitarse analmente. Con todo, seguramente, quienes más sufran esta parafilia sea los pobres extraterrestres, si es que existen. Probablemente, estarán hasta la escafandra (o hasta las antenas) de ser tratados como meros objetos sexuales.
Redacción QUO