Este fin de semana se estrena en los cines una nueva versión de El libro de la selva, producida por Disney. A diferencia de la inmortal versión de dibujos animados, ésta se ha rodado con imagen real (algo que ya habían hecho los hermanos Zoltan y Alexander Korda en los años 40, en una cinta protagonizada por el entrañable Sabú). De cualquier forma, recomendamos a todo el mundo leer la encantadora novela de Rudyard Kipling.
Según se dice, Kipling encontró la inspiración para su historia en la reserva de Tigres de Kanha, en India. O, al menos, así lo aseguran los folletos publicitarios de dicho lugar. Pero, se da la paradoja, tal y como denuncia la organización Survival International, de que los indígenas que vivían en dicho lugar han ido siendo expulsados de forma paulatina desde el año 2014.
Las autoridades afirman que dicha acción se ha realizado con el fin de preservar la supervivencia de los tigres, y que los nativos aceptaron ser realojados de forma voluntaria en otros lugares. Pero Survival Internacional sostiene que, en realidad: «Algunas familias son trasladadas a campos de reasentamiento gubernamentales, pero a otras básicamente se las expulsa y obliga a vivir en condiciones de miseria absoluta en los márgenes de su territorio», tal y como informan en un comunicado.
La organización asegura también que los nativos nunca han sido responsables del descenso en la población local de tigres que se produjo en el siglo XX, y que (según ellos) fue debida a la industrialización descontrolada y a la caza sistemática practicada como deporte.
Redacción QUO