Además de hacerles correr en una cinta para comprobar la salud de su corazón y medir la grasa de su cuerpo, a los deportistas se les practica ahora una prueba para evaluar el riesgo de lesiones. La valoración isocinética mide las alteraciones de los músculos, para comprobar si están compensados o pueden sufrir lesiones. Con esta prueba se mide la fuerza muscular que se ejerce durante un movimiento concreto y a una velocidad constante. Así se cuantifica la capacidad de un grupo de músculos para generar una fuerza, y puede programarse el entrenamiento para reforzar alguno de ellos y mejorar el rendimiento del deportista. A la prueba puede someterse cualquier persona que haga ejercicio, pero, sobre todo, se realiza en jugadores de élite, junto a otras basadas incluso en fórmulas matemáticas.
Redacción QUO