Lo que para unos puede ser una experiencia de pesadilla, para otros se acerca al sueño de su vida. Poca gente se atrevería a enfrentarse a una ola de más de doce metros, pero eso fue lo que hizo el surfista Tom Dosland en una playa de Hawai. Aunque, eso sí, la experiencia se saldó de forma espectacular, ya que la ola lanzó al deportista por los aires.
«Fue casi como sufir un accidente de automóvil», declaró el surfista, que se quedó momentáneamente ciego por la fuerza del golpe al chocar contra el agua. «La ola parecía un monstruo marino elevándose fuera el océano cuando se interpuso en mi camino», dijo Dosland.
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Redacción QUO