La figura del Rey Arturo sigue siendo un enigma para los historiadores. Aunque la creencia más comúnmente aceptada es que se trata de una figura legendaria, moldeada a partir de las vivencias de algunos personajes reales, entre ellos un centurión romano llamado Lucio Artorio Casto.
La leyenda cuenta que Arturo fue concebido en un castillo en el promontorio de Tintegel (cerca de Cornualles), fruto de la relación ilícita entre el rey Uther y la esposa de un señor feudal. Y, efectivamente, en dicho lugar existe desde hace siglos un castillo, que es visitado todos los años por numerosos turistas. El problema es que dicho castillo fue construído en tiempos posteriores a los que, según el relato legendario, habría nacido el rey Arturo.
Pero la sorpresa ha saltado inesperadamente, después de que un equipo de arqueólogos haya descubierto en ese mismo lugar los restos de otro castillo, bastante más antiguo. Los primeros estudios sugieren que pudo haber sido levantado entre los siglos V y VI de nuestra era, una fecha, que cuadra más con el mito artúrico.
Por supuesto, este hallazgo no confirma nada. Arturo pudo haber nacido ahí, si realmente existió, tal y como se cuenta en el relato. Pero también pudiera ser que la existencia de ese castillo simplemente sirviese de inspiración a Geoffrey de Monmouth, un clérigo del siglo XI, al que se le suele atribuir la creación del mito artúrico, al que después daría su forma definitiva el poeta Thomas Mallory.
Lo que si está claro es que el descubrimiento fomentará aún más el turismo en la zona. ¿Alguien lo duda?
Vicente Fernández López