El sistema inmunitario se encarga de defendernos cuando aparecen agentes externos como virus, bacterias u otros que amenazan nuestro organismo. La inflamación y la generación de anticuerpos forman parte de las respuestas más comunes. Sin embargo, en algunas ocasiones el sistema no reconoce los tejidos del propio organismo y atacan indistintamente. Sin embargo, según acaban de demostrar investigadores de la Universidad de Oxford, existen en nuestro cuerpo herramientas para que estos leucocitos no lo vean todo como ‘blanco o negro’ y actúen con más justicia.
“Muchos procesos biológicos pueden llegar a su límite, lo que se conoce como saturación. Cuandoesto ocurre, el efecto habitual de las células T se suprime, permitiendo que la respuesta sea ‘justa’”,explica la doctora Viveka Maya, del Instituto de Reumatología Kennedy.
La saturación del cuerpo puede ser nuestro salvavidas en caso de un error de nuestro sistema inmunológico. “Hasta ahora nadie ha sugerido cómo el cuerpo hace esto”, explica Dustin.
Las causas de estas reacciones del sistema inmunitario todavía son desconocidas. Algunas de las enfermedades autoinmunes son la diabetes tipo I, la esclerosis múltiple o la psoriasis de la piel.
Maya encuentra la solución en la relación entre las células dendríticas (llamadas así por su similitud con las dendritas de las neuronas) cuya activación depende de las células T.
Dustin descubrió que la severidad de una infección aumenta las interacciones entre ambas, que se ponen a trabajar en cooperación.
Al aumentar ésta, se ralentiza la actividad de las células T, reduciendo la agresividad de la respuesta inmunológica.
Al mismo tiempo, la actuación de las células dendríticas también sirve para prevenir el proceso de saturación. La producción de nuevas células T se adapta al nivel de la amenaza, lo que permite una actuación más justa.
Según Dustin, conocer mejor el sistema inmunológico puede ser de gran utilidad para el desarrollo de vacunas, donde una fuerte respuesta inmunitaria ha de darse con el mínimo riesgo.
Redacción QUO