Cerca de 66 millones de años atrás, un asteroide de 12 kilómetros de ancho golpeó la Tierra a una velocidad de 30 kilómetros por segundo en la región de Yucatán, México. El impacto y sus consecuencias provocaron la extinción de la mayor parte de los dinosaurios que habitaban nuestro planeta. El cráter de aquella roca gigante, es único debido a su perfil, una elevación circular de hasta 500 metros con un radio de 30 kilómetros.
Durante dos meses, un equipo internacional formado por geólogos, paleontólogos y microbiólogos, excavaron en la región, a 1,5 kilómetros bajo el fondo marino y extrajeron seis toneladas de roca. Gracias a ello, los investigadores, liderados por Jaime Urrutia Fucugauchi, encontraron evidencia de que, durante la última Edad de Hielo, el mar estaba mucho más lejos de la línea costera actual. “Descubrimos una estructura circular en el fondo del mar – explicó Urrutia en una reciente conferencia de prensa –. La única forma en que se hacen esas estructuras es mediante la disolución del carbonato y para que el carbonato se disuelva debe estar expuesto al aire. Esto demuestra que la península de Yucatán fue, entre 18.000 y 23.000 años atrás, mucho más grande”. Parte de los resultados se han publicado en la revista Science, pero el análisis de las rocas y las imágenes, continúa en un laboratorio en Bremen, Alemania.
Juan Scaliter