En el año 400 a.C. Hipócrates de Cos, médico en la Antigua Grecia, aconsejaba a sus alumnos oler la respiración de sus pacientes con el fin de detectar si estaban enfermos. Ahora, investigadores norteamericanos han inventado un sistema que hace exactamente eso, solo que de forma más científica y eficaz.
Se trata de un nuevo analizador que analiza las nano partículas para determinar la composición química exacta de la respiración de una persona. El utensilio es capaz de detectar 17 enfermedades graves, desde cáncer de riñón al Parkinson. Esto se debe a que el aire que exhalamos contiene nitrógeno, dióxido de carbono y oxígeno, así como pequeñas cantidades de más de 100 sustancias químicas. La cantidad relativa de cada sustancia varía dependiendo el estado de salud de una persona.
Según explican en la revista ACS Nano, cada enfermedad produce una sustancia química volátil única, basada en diferentes cantidades de trece componentes. También han conseguido demostrar que la presencia de una enfermedad no impide detectar otras en el paciente.
El dispositivo es bastante económico (unos 28 €) y es capaz de detectar diversas enfermedades de forma no invasiva. Según Hossam Haick, autor principal de la investigación, «hemos encontrado que, al igual que cada uno de nosotros tenemos una huella digital única, cada enfermedad tiene un patrón de respiración único. Una ‘firma’ de componentes químicos». Para los investigadores, la hazaña es que «disponemos de un dispositivo que puede discriminar entre todas ellas, de forma elegante y asequible».
Fuente: telegraph.co.uk
Redacción QUO