Según la doctora Clare Llewellyn, profesora e investigadora de la obesidad en la Universidad College de Londres, no es nada recomendable que tus hijos repitan plato en la comida. Según ha explicado, la mayoría de personas jóvenes se convierten en obesas porque comían doce calorías extra por comida, una cantidad tan pequeña que puede parecernos inofensiva.
Pero esa cantidad diminuta se convierte en nada menos que 5.500 calorías extra por mes, lo que sin duda es más preocupante, ya que consigue que los jóvenes cojan peso un 7% más rápido que los que toman un solo plato.
En su opinión, «es necesario intervenir. Los padres deben vigilar estrictamente la cantidad de comida que sus hijos ingieren. Hay que valorar si hay un rápido crecimiento, el problema es que, habitualmente, los padres están más preocupados con la falta de crecimiento de sus hijos. Hay que saber qué es una tasa de crecimiento saludable».
El problema es que los padres se dan cuenta del sobrepeso cuando es demasiado tarde. Según los datos británicos, uno de cada cinco niños de diez a once años de edad era obeso en el último curso. En el curso 2015-2016, el 19,8% de los niños de seis años eran obesos, lo que significa que tenían un índice de masa corporal superior a 30. Algo que incrementa notablemente el 19,1% del año anterior.
Fuente: telegraph.co.uk
Redacción QUO